Atacheo
Desarrollo rural
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Proyectos productivos exitosos en Michoacán, de “Prósperos negocios a partir de remesas, por Jaime Márquez, en “El Universal”, sección Estados, junio 28 de 2004, p. 1
Atacheo de Regalado, Mich. Este poblado de menos de 2 mil habitantes puede convertirse en modelo de organización social comunitaria a nivel internacional, tras el éxito de sus primeros cinco proyectos productivos impulsados con remesas enviadas por sus trabajadores migrantes. Todo esto, pese al incumplimiento del apoyo federal ofrecido.
A unos 15 kilómetros al noreste de Zamora, Michoacán, los habitantes de Atacheo de Regalado establecieron cinco florecientes negocios en los que han invertido las remesas que reciben de sus familiares en el extranjero. Así, producen pavos, cabras, verduras y flores, además de bocinas y bafles para grupos musicales, independientemente de administrar una plaza de toros.
Hasta ahora, la inversión suma unos 15 millones de pesos, pero ya tienen contemplados al menos dos proyectos derivados para instalar, con una inversión adicional de 20 millones de pesos, un rastro Tipo Inspección Federal (TIF) destinado a procesar 2 mil pavos diarios y abastecer con ellos tiendas de autoservicios en todo el país. Y con otros 40 millones de pesos planean abrir una planta para pasteurizar leche de cabra, con capacidad para procesar entre 30 y 40 mil litros diarios y exportarla a Estados Unidos.
"Con estos proyectos. en los que participan 336 familias como accionistas, y generan 120 empleos directos permanentes, se favorece la participación y arraigo en las comunidades, son una alternativa digna y un freno para la migración; es una opción para que el gobierno canalice mejor los recursos públicos a la inversión productiva y que con base al modelo de organización se pueda lograr el apoyo de organismos internacionales", comenta su principal promotor, el sacerdote católico Marcos Linares.
Guajolotes y cabras
Inicialmente, el sacerdote propuso invertir los dólares que las familias reciben para comprar crías de guajolotes y engordarlas tres meses, hasta que alcancen entre 18 y 20 kilogramos, para comercializarlas a precios del mercado.
Las familias adquirieron 100 lotes, cada uno con 80 guajolotes de un mes de edad, por lo que ahora tienen casi listos para el mercado 8 mil pavos que el sacerdote asegura ya están comprometidos, además de que hay pedidos por 50 mil pavos para lo que resta del año.
"Se pueden criar los 8 mil guajolotes en una o dos enormes galeras, pero tiene más impacto social si se crean 100 granjas familiares, además de que así el animal es alimentado de forma natural, con lo que se garantiza la inocuidad del producto", comentó Linares.
"A eso se agrega que los pavos están a cargo de mujeres o ancianos que se encuentran prácticamente solos, ya que los hombres jóvenes emigraron", añade.
El sacerdote también obtuvo un financiamiento de 2.1 millones de pesos para adquirir 700 cabras que dividió en 30 hatos y los entregó a igual número de familias para que los cuidaran y explotaran, y con la leche que producen pagar el crédito.
"Este proyecto y el de los pavos funciona de forma similar y pueden reproducirse a nivel estatal, ya que está basado en el trabajo familiar, asegurándoles la compra de todos los guajolotes a un precio justo y de toda la leche al mejor precio posible", añade el sacerdote Linares al insistir que "en vez de establos gigantes, nuestra idea consiste en que es mejor tener mil o más granjas familiares y así la gente se hace responsable y cuenta con un patrimonio".
Los invernaderos de Atacheo
Pero lo que más convenció a sus vecinos fue el cultivo de verduras y flores en invernaderos, iniciado hace dos años , a partir del empleo de alta tecnología.
Como resultado, esta temporada exportaron 220 toneladas de jitomate a Illinois y California, donde aún tienen un pedido de mil 500 toneladas más para noviembre próximo. Debido a que sus instalaciones no alcanzan a cubrir el pedido, 750 toneladas se producirán en Atacheo y el resto en otros cinco invernaderos con los que se van a asociar.
En cambio, por cuestiones técnicas, les causó problemas la producción de berenjena, y, por inexperiencia, la comercialización de pimiento verde, rojo y amarillo, ya que no establecieron un compromiso escrito con un comprador que deshizo el trato. "Eso no nos vuelva a pasar, ya aprendimos. El pimiento es muy bien pagado, incluso mejor que el jitomate, que en esta temporada nos sacó de apuros", dijo Linares.
Ignacio Gómez, uno de los socios y quien coordina la producción de jitomate en 10 invernaderos para su exportación, dijo que la comercialización es lo más difícil del proceso y que en la temporada pasada lo hicieron a través de intermediarios estadounidenses, pero ahora "ya encontramos un canal directo y, afortunadamente, son mexicanos que tienen negocios en ese país".
Impulsa sacerdote la economía cooperativa
Para el sacerdote Marcos Linares, recién designado responsable de la pastoral social de la diócesis de Zamora, los proyectos productivos en los que trabaja con remesas enviadas por trabajadores migrantes se basan en un modelo de economía solidaria y comercio justo.
"Están orientados a reactivar el campo y a que los habitantes sean los socios de los proyectos y no sólo empleados, porque para que se sientan parte de ellos y le tomen cariño es necesario que sean dueños", dice.
Por ello, a todos los empleados se les descuenta 25 por ciento del salario, para que adquieran hasta cinco acciones de la sociedad; un máximo establecido para evitar monopolios o acumulación de tantas acciones que se desvirtúe el espíritu del proyecto, además de que eso permite incluir el máximo de socios para distribuir más beneficios, asegura.
Los proyectos también están diseñados para que en cada parte de la cadena productiva se pueda obtener un máximo de rendimiento y con ello los correspondientes beneficios por el esfuerzo, de tal forma que si, al final, la comercialización del producto es muy buena, parte de las ganancias adicionales se puedan transferir a las cadenas productivas precedentes.
Linares considera que en Michoacán la posibilidad de copiar su modelo productivo es muy alta, partiendo de que sólo en 2003 las remesas enviadas por los trabajadores michoacanos que residen en Estados Unidos fueron por mil 680 millones de dólares.
El sacerdote dice que lo que necesita el país es el cooperativismo y la equidad, no los programas sociales y el paternalismo "que minan al ser humano". Advierte así que el mal de México no es el gobierno, sino "la cultura de la división".
Dice que muchos habitantes no quieren participar en sus proyectos y están atenidos a las remesas que mandan sus familiares, lo que representará a futuro un gran problema debido a que, de acuerdo con la tendencia, en 10 ó 15 años no habrá más envíos de dólares, debido a que cada vez emigran más con toda la familia.
Insiste en que una forma para que la gente tenga alternativas en México es que se capitalicen esas remesas en proyectos productivos. "Ese norte que buscan lo podemos hacer aquí, porque de qué sirve que los mexicanos han demostrado que son la gente más capaz para el trabajo si están engordando a otro país y empobreciendo al suyo", agrega.
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